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¡Hola!

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Mi historia

Desde que comencé a practicar gimnasia artística a los 3 años, he desarrollado una pasión muy peculiar por el cuidado de la salud del cuerpo. Gracias a este deporte, descubrí que nuestro cuerpo es capaz de desempeñarse a un nivel muy elevado y tener un alto rendimiento. Esto aplica no solo en el deporte, sino en nuestras actividades cotidianas, ejerciendo nuestra profesión y llevando a cabo nuestra rutina diaria.

 

Como gimnasta aprendí a conocer mi cuerpo a detalle, tanto por el entrenamiento diario y prolongado para ejecutar mis rutinas, como por las lesiones, contracturas, desgarres, fatiga y dolores crónicos que padecí. Esta situación me llevó a buscar terapias físicas que me ayudaran a restaurar mi cuerpo para continuar entrenando. Fue así como descubrí, que si bien las terapias de calor y frío, tens, ultasonido, láser y masajes son las terapias más efectivas para revitalizar el cuerpo, una alimentación sana es la clave para mantenerlo sano.

 

Mi interés por la salud me llevó a estudiar gastronomía (2004 – 2008) en el Instituto Culinario de México, campus Puebla, siempre teniendo la intención de aprender a cocinar recetas sanas para algún día poder ofrecer este servicio. En 2013, junto con mi hermana, desarrollamos un restaurante de cocina holística, en Villahermosa, Tabasco. A la fecha, Tierra y Luna continúa operando bajo su dirección.

 

Desde 2013 y hasta 2016, me convertí en instructor de hatha yoga, atendiendo a personas de todas las edades. Convenientemente, la shala para la práctica de asanas se ubica justo arriba de Tierra y Luna. Fueron 4 años intensos durante los que trabajé como chef por las mañanas y me transformaba en instructor de yoga por las tardes. Es justo en este periodo de tiempo que tuve la oportunidad de comenzar a dar terapias de masaje a todas aquellas personas que durante su práctica de yoga me indicaran que sentían alguna molestia o dolor. Cada una de las personas que me permitió ser su instructor de yoga y masajista me dio la oportunidad de poner en práctica todo el conocimiento que adquirí como paciente de terapias físicas durante mis años de gimnasta.

 

En 2016, mi pasión por el diseño y las ganas de diseñar mi propio restaurante me llevó a estudiar arquitectura en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, graduándome con honores y un promedio de excelencia académica en 2023. Ahora trabajo para una prestigiosa firma de arquitectura en Monterrey y es uno de los logros más importantes de mi vida.

 

A mis 40 años, continúo practicando gimnasia artística por las mañanas, antes de irme al taller de arquitectura de 9 am a 6 pm. Pero mi vida se complementa con mi oficio como terapeuta masajista.

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¿Por qué soy masajista?

Me caracterizo por ser una persona de acción que disfruta realizar trabajos manuales. Además, la interacción y el contacto físico con las personas son fundamentales en mi vida. A la combinación de estos aspectos de mi personalidad se le suma mi pasión por practicar gimnasia, deporte que me ha llevado a conocer el funcionamiento, la fuerza y destreza de mi cuerpo, pero, sobre todo aprender a mantenerlo en buenas condiciones, liberarlo de estrés, de tensión y aliviarlo del dolor.

 

Veo mi cuerpo como un templo y es desde ese entendimiento de mí mismo que he desarrollado empatía por las personas y sus dolencias. Siendo un niño, comencé a masajear los pies de mi madre y notaba que unos pocos minutos de reflexología eran suficientes para ayudarla a sentirse más descansada y con la mente despejada. Más adelante, siendo adolescente, comencé a masajear a familiares, amigos y compañeros de entrenamiento. 

 

Con el tiempo entendí que una rutina de masaje bien diseñada, administrada con la intención de brindar bienestar físico y emocional a la persona que lo recibe, tiene el poder de llevar sanación a su cuerpo, calmar la mente y reconfortar el espíritu. El masaje estimula el cuerpo de una persona a diferentes escalas, comenzando por el sentido del tacto, el cual es muy valioso para la comunicación emocional y la regulación del bienestar, ya que el contacto físico libera hormonas como la oxitocina, la cual promueve la sensación de relajación y reducción del estrés.

 

Tener la posibilidad de transmitir buena energía a otra persona a través de un masaje, ayudar a los demás a sentirse mejor aliviando el estrés, disminuyendo así el dolor, son mi mayor motivación para ser masajista.

Sergio Rosas Masajista

+52-9931-196164

CENTRO ESTÉTICO INTEGRAL

Río Guadalquivir #237

Centrito Valle

C.P. 66220

San Pedro Garza García, N.L., México.

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